lunes, 14 de mayo de 2012

It’s Good…to be free



Todos sabemos que él no es un frontman, y nunca lo será, es un genio que no necesita moverse más allá de su cuadrado. El público que asistió creo que tenía, o debía, tener en claro que el objetivo no era venir a captar el show de una banda, había que ir a escucharlo(s). El mayor de los Gallagher, uno de los mejores compositores de este siglo, no nos trajo grandes pantallas ni un espectacular juego de luces para su segunda presentación en nuestro país, su primera en solitario. Y simplemente, fue magnifico.

El ambiente era bueno, a pesar de ser en un estadio, se sentía íntimo. Y que importaba que se vean espacios vacíos, cuando tienes un puñado de gente que viene con las mismas ganas de admirar este nuevo disco de Noel y vibrar con sus rescates a algunos temas de Oasis que nunca pensé escuchar acá; que toque Half The World Away, Talk Tonight y Whatever, no tiene precio (aunque me hubiera gustado escuchar “Sunday Morning Call”).

Puntal, como solo los británicos saben serlo, Noel salió a las 8:58 pm, cogió su guitarra y arrancó. Simple. Y lo hizo con un mensaje contundente: ya no estás en Oasis, pero si quieres enganchar a miles de fans que vienen a verte por tu historia con la banda, empieza con ello. Y así abrió con “(It´s Good) To Be Free”, que mejor tema que ese para abrir el concierto de su gira como solista, para así pasar de los inicios de la banda hasta la última etapa tocando los acordes de “Mucky Fingers”.

Él nos lanzo la cuerda y nosotros la agarramos, ahora era tiempo de presentar la razón por la que vino: el High Flying Birds. Un disco tan sensacional como simple, que no tiene nada que le falte ni que le sobre, Brit pop neto. Noel cambió los solos de guitarra, por los teclados, aquí Mike Rowe jugó un papel más que secundario, luciéndose como no lo hacia (o no se le permitía) a mitad de los 90’s. Canciones como “Everybody’s On The Run”, “Dream On”, “If I Had A Gun” – hay que agradecerle por permitirnos ser parte de la historia de esta – o “The Death Of You And Me” son temas que caminan por si solos y mantienen la calidad de Noel como compositor, con momentos instrumentales magníficos y coros que sostienen a cada canción.   

Sin embargo, si hubo un momento que nos impuso una sensación de que algo faltaba, en mi opinión, es que hay temas a los que no se le puede quitar la marca personal de Liam. No digo que la versión acústica de “Supersonic” fuera mala, pero se extrañó la voz rasposa (o lo que le queda) del frontman de Oasis.
Y así pasaron 16 canciones que mantuvieron al público por momentos dejándose llevar por el ritmo, por momentos saltando, y coreando después de cada tema el nombre del genio de Manchester. Esta vez me tocó verlo desde tribuna y al mismo tiempo observar con gusto como el sector de abajo vivía como había que vivirlo. Eran verdaderos seguidores, y no aquellos que venían a pedir “Wonderwall”, “Stand By Me”.

Y como en aquella primera reunión del jueves 30 de abril del 2009, en donde nos regalaron momentos cumbres con temas como “Slide Away”, “Masterplan” o “Don’t Look Back In Anger”; este segundo encuentro necesitaba un punto de quiebre, que toque el corazón y le ordene al cerebro que nunca lo olvide. Noel decidió que pasemos por este trance, luego de regalarnos “Whatever” y  “Little By Little”; ya nos podíamos dar por servidos (nunca había cobrado tanto sentido la frase “whatever you do, whatever you say, yeah i know it’s allright”). Pero si había una canción que se podría repetir entre estas dos presentaciones del británico, y que podríamos vivirla con igual o mayor intensidad, era “Don’t Look Back In Anger”. Volvimos a ver al Noel Gallagher del Familiar To Millions, con un solo de guitarra tan suyo. Que me perdone Gem Archer, pero no hay comparación entre la versión más romántica y la versión más desgarradoramente rockera.  

Y bueno, ¿el saldo? Noel nos demostró a los poco más de 3 mil fieles seguidores que la magia para componer no se le había agotado. 


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