lunes, 28 de noviembre de 2011

This is not for you, rock de culto










A veces me es inevitable pensar que hubiera sido de Mother Love Bone si es que Andy Wood no se hubiera ido.

Hace 20 años no había forma de que Perú tenga la oportunidad de ver a Pearl Jam promocionando su álbum “Ten” recién salidito. Era el establecimiento y próximo apogeo de la época grunge con el despegue de Nirvana, aunque, en mi humilde opinión, “Ten” es mejor que el “Nevermind”.

Y menos mal que Perú no tenía oportunidad de verlos, no me lo hubiera perdonado, pues con mis 4 años allá por el año 91 aun no tenía ni idea de quien era ese vocalista de voz rasposa que gritaba “por qué volver a casa” (Why Go) y aullidos tan dolorosamente gratos para nuestros oídos como en “Black”; no sabía quién era aquel guitarrista que formuló uno de los mejores solos que haya escuchado como en “Alive”; así como el otro, que es la pirámide y base de la mayoría de canciones de este genial álbum. Tampoco conocía a ese bajista con personalidad arrolladora y sombreros extravagantes; vamos, no sabía quién diablos era “Jeremy”.

Ahora, 20 años después, vivo escuchando la música de Vedder, McCready, Gossard, Ament y compañía (el batero en este momento es Cameron); y agradezco que su gira, que llegó a nuestra pseudo cultura musical, sea en honor a ese álbum que odio no haber conocido en su momento, por obvias razones: No soy parte de la generación X.

Y a pesar de que el tiempo no pasa en vano, porque Vedder ya no puede lanzar esos gritos de inicios de los 90’s (no importa, yo y los miles de jóvenes en sus veintes podemos gritar por él), ni se cuelga de los techos en pleno concierto, porque nadie excepto él en la banda usa más los cabellos largos, porque ya no saltan durante todo el concierto como locos, presos de su propia música. Sin duda este es el primer grupo que veo que con 20 años encima siguen rockeando de la manera que lo hace, quizá no al límite como antes, pero no cabe duda, que la entrega del grupo sigue siendo la misma.

Fueron casi 3 horas de entrega total y honesta hacia su público al cual se deben y defienden, no olvidemos la época en que se fueron contra Ticketmaster. Presenciamos a una banda que defendió sus ideas siempre, que solo ha tenido un video conceptual en su carrera para no entregarse al mercado como fue el caso de “Jeremy” (pero pensemos en el concepto de ese video, ¡fue sobre un niño que se suicidó!)

Lo que quiero decir, es que no sé si, luego de una semana y 3 días, los asistentes al concierto se han dado cuenta del tipo de banda que nos visitó, y no me queda claro, luego de la asistencia que hubo, si estamos preparados para este peligroso rock de culto. Una vez más la gente respondio con presencia, no con entrega, la misma que esta banda se merece gritándonos "You're still alive!"

jueves, 4 de agosto de 2011

“Can ya feel it? My g-g-generation!”


Si en algún momento quise montar skate, fue cuando vi el video de “Breakstuff”; y si en algún momento se me cruzó por la cabeza llevar una gorra roja y casacas del doble de mi cuerpo, fue luego de ver “Nookie”. Ahora tengo 24 años, trabajo, y probablemente no salga ni cagando así a la calle. Pero ayer, miércoles 03 de agosto, volví a

tener 14 o 15 años, y quería tener esas cosas.


He ido a muchísimos conciertos desde el que vino R.E.M en el 2008. Pero este concierto no era como la mayoría que había ido, donde dejaba mi garganta en el estadio o escenario que fuera. Limp Bizkit implicaba dejar mi voz y mi físico si es que quería gozar como se debía. Por consecuencia me enfrentaba por primera vez lo que era un

verdadero pogo.


Las gotas de sudor debían de quedar marcadas en el terrenal para saber que lo hicimos bien. Es lo menos que podíamos hacer para devolverle el favor a Fred Durst, quien tuvo mucha paciencia con algunos que se empeñaban en representar a “Lima la gris”. Había que dejarle una gran impresión, más aun sabiendo que estaba viendo a la formación original (Durst, Sam Rivers, John Otto, DJ Lethal y Wes Borland) , aquella que me cautivo y que ahora debíamos que hacerle saber que debían mantenerse por ahí arriba “keep your distance cuz right now we’re dangerous!”.


La primera explosión en mí, para saber a qué me enfrentaba, fue “My Generation. Debo aceptar que no pude durar en el pogo toda lo que ameritaba la canción pero me queda de consuelo que lo intenté en cada canción que me incitaba a liberar toda la energía que me quedaba. Temas como “Livin' It Up”, “Breakstuff” y “Boiler” nos hicieron dar lo mejor que teníamos, mientras que un tema como Re-Arrenged nos daba la opción de un respiro, pero sin dejar de cantar, especialmente el final.


Sin embargo, llegaron dos temas que fueron el momento que dividió este concierto en dos partes. En el que el público (aunque no todos) entendió que debía vivir el concierto a la manera de Limp Bizkit, o simplemente podía largarse a su casa. “My Way”, con un chibolito que subieron y la invitación por parte del traductor, luego de compararnos con Argentina, termino por despertar al público.

Y luego llegó “Nookie”, simplemente era la que todos esperaban y la que todos debían de saltar, chocar, empujarse y demás. El mensaje estaba claro: Nothing's gonna change 'cause you can go away and i'm just gonna stay here and always be the same!!!”


El resultado final se dio cuando tocaron “Take A Look Around”, y se pudo notar que el público (maldición, no todos) se metió de lleno...fue mucha adrenalina condensada el ver a la mayoría de nosotros agachados, con las piernas en cuclillas, esperando impacientes para poder arremeter hacia el centro, todos contra todos y gritando “Now I know why you wanna hate me. Cause hate is all the world has even seen lately”!!


Este deber haber sido uno de los conciertos que menos recuerdo haber visto fijamente al artista. Pero que importa, no era un evento para el deleite. Era para dejar salir toda esa energía que tenías guardada desde que mi adolescencia, porque esta es una de las pocas bandas que vienen de lo que puedo llamar mi generación. Y el público lo entendió a la perfección en Rollin’, dándole el check de aprobación al concierto.


Un consejo para los de las camaritas...”Welcome to the jungle punk, take a look around!”. Los conciertos no son una maldita reunión social para estar filmando y tomando fotos. Una o dos está bien, pero no todo el concierto. Muchos podrán decirle y enseñarle a sus amigos “mira yo estuve en el concierto”, pues yo diré “si, yo estuve en el concierto y lo gocé realmente...y lo tendré para siempre en mi memoria”. Y si, cada empujón y golpe que se recibió, valió la pena.

martes, 17 de mayo de 2011

When i saw him standing there (Gracias a ti)


Es la primera vez que me arrepiento de nunca haber aprendido a manejar bicicleta, quizás pude ser yo quien montaba por Miraflores aquel día.


Fue el pasado 9 de mayo, encierre el día lunes, marque ese mes en el calendario y nunca lo tire. Ha pasado una semana y recién puedo empezar con este post. Debía esperar que pase toda esta emoción y este sentimiento, que pueda recién digerir la idea de haber tenido a un Beatle en mi país.


Debo confesar que más allá de su historia con el cuarteto de Liverpool no sabía más de Paul. Solo que tuvo una canción con Michael Jackson, un video de “Dance Tonight” (que menos mal que la cantó) y algún par más que me sabía si escuchaba la canción. Es más, si es cuestión de escoger entre Lennon y McCartney, probablemente elegiría a John. Pero tenía la idea de ir porque simplemente era mi obligación, como amantes de la música y si afirmamos que nos gusta el rock, no podíamos faltar a tamaña invitación, poder escuchar a un miembro que formó parte de la banda que marcó y sigue marcando décadas en el mundo de la música.


Llegado el momento, no fue una gran entrada como muchos bandas hacen, fue simple. Pero Paul nos dio la mejor canción para recibirlo, fue un caluroso “Hello hello” que corearon más de 48 mil fanáticos. Y desde ese momento habíamos comenzado a rogar que nunca nos diga Goodbye. Era el inicio.


El momento de homenaje fue bello, no necesité ver la pantalla de atrás (me encontraba en oriente y pegado al escenario) para recordar a John y a George (Nunca había sonado tan bien en Lima que un hombre le diga a otro hombre “I love you”. Paul lo logró), solo había que cerrar los ojos y escuchar las letras para que todos aquellos recuerdos que nunca pude vivir con los Beatles vengan a mi como si hubiera sido parte de su historia contemporánea.


La parte cumbre fue sin duda las tres canciones que nos hicieron terminar, total y completamente, rendidos ante éste grande. No cualquiera hace que los 48 mil acompañen con tamaño entusiasmo y con unas simples palabras como “Na na na nananana”. Hey Jude fue el gran momento de conexión entre el beatle y nosotros, cada uno debió sentir que nos estaba hablando. De “Let it be” solo me queda decir que no conozco un solo de guitarra que vaya tan de acuerdo con la canción y que me emocione tanto. Y por último (no podía irse sin tocarla) “Yesterday” que todos sabemos que es, por excelencia, la balada más triste que todos se alegran por escuchar.


Creo que queda en la cabeza de todos los que asistimos, que el músico de los “Beatles” siempre fue Paul. Fueron más de 30 canciones y simplemente no hubo una que diga: “no, esta no es la gran cosa”. Son grandes perfectas composiciones, tantas de las que podríamos hablar que no acabaría. Un verdadero músico pisó el más grande estadio del Perú, y ni el más optimista con este boom de conciertos que se había desatado en Lima pensó que podríamos tener a este tipo de artista.


Pero ahora creo que si podemos decirlo, somos parte de la historia McCartney y somos parte del legado que dejaron los Beatles. Podremos decirle a nuestros hijos que las canciones de una de las mejores bandas (si no es la banda) que ha parido el planeta fueron recitadas en nuestro país. Porque no es lo mismo decir los vi cuando viaje a tal lugar, a decir que un integrante vino, congregó un lleno Monumental y nos deleitó. Ahora podemos decir que vimos la historia del rock. “¡Viva el Perú carajou!”


http://www.youtube.com/watch?v=RdopMqrftXs